lunes, 2 de enero de 2012

ENTREVISTA: Congresista Gustavo Rondón Diario la República

Cecilia Mendoza Cateriano
Arequipa




Sus intervenciones con doble sentido y humor en el pleno  están dando que hablar. ¿Por qué lo hace?
Yo quiero llamar la atención y hacer más humano al Congreso. Eso propuse en la campaña, por eso utilizo la expresión de “seres humanos”. Mis frases de doble sentido en realidad tienen mensaje, una finalidad.  
¿También la tuvo cuando pidió a los ministros que no haya más “coitus interruptus” en el Perú? 
Eso causó cierta jocosidad y sorpresa. Lo que quise decir  a los ministros es basta ya de obras inconclusas, por ejemplo hospitales en provincias que no funcionan.
Es decir en el Perú no se llega al clímax.
Así es, una obra es para servir a la comunidad, de qué vale que El Pedregal tenga un elefante blanco si no tiene equipamiento. Supongamos que se invirtió allí 20 millones de soles, si no funciona es dinero perdido.
¿Qué opina de sus colegas? ¿Son  negativos y poco sensibles?
En general en el país prima el negativismo, donde tú opinas algo y de inmediato solo destacan lo negativo que dijiste, no hay la costumbre de ver el lado positivo a las cosas.
Pero en el Congreso... ¿hay caras largas y malas intenciones?
Sí las hay.





¿No le preocupa ganarse críticos y hasta enemigos por sus frases?
Percibo esa posibilidad, pero espero que Dios me proteja. Yo no quisiera que me tomen a mal, no digo esas palabras para que lo tomen como una payasada, sino para que consideren el mensaje de mis expresiones, que no se queden en la semántica. No lo tomen como ofensa, lo digo con la mejor intención.
Lo cierto es que hay gente que lo toma por loco.
Me da pena que haya gente que se queda en la broma. Eso traduce una mala percepción. Imagínate que tú hagas una broma elegante y solo se queden en lo semántico.
Usted tiene una opción por  política antigua. ¿En esos años no se ha ganado problemas por su forma de ser?
Sí he tenido problemas, porque hay gente que le cuesta mucho ser expresiva o está rodeada de lo malo, entonces cuando escuchan algo diferente lo confunden con cursi o  bromista.
¿Le han dicho cursi?
No, pero sentí que algunos lo tomaron por ese lado, cuando le dije a Cecilia Tait “te amo”.  Es tonto pensar que soy cursi por decirle eso, no fue esa mi intención. Ella es una dama y tuvo un gesto conmigo en cederme tiempo. Hoy la mayoría es egoísta.
¿No era suficiente decirle gracias a la congresista Tait?
De pronto sí, pero ella se emocionó, yo sentí eso, tuvo una recepción muy grande, yo creo que hace tiempo no le decían “te amo”.
Ella es casada...
Sí, sí, pero no lo digo con esa acepción, no piensen que la quiero enamorar, lo que tuve fue una expresión sincera. Además ella es un ícono del deporte nacional. Lo mismo podría decir a Sofía Mulanovich o a Gianmarco, gente que nos ha hecho quedar muy bien en el extranjero, o Vargas Llosa.





Usted ha dicho otra frase interesante: “El cerebro solo aguanta los que las nalgas permiten”. ¿Es una nueva forma de calcular la concentración?
Tomé esta idea de una conferencista y solo la adapté. Quise decir que el cerebro tiene un límite de atención de 45 minutos.  La gente ha llevado esta frase a otro sentido, como que si tienen posaderas más grandes aguantan más una conferencia, pero ese no es el tema. Porque no es verdad que las mujeres que tienen posaderas más grandes o los gorditos atienden más. No quisiera que mis frases se queden en lo trivial. Si ocurre eso es porque son triviales.
O sea la gente trivial  o negativa no va a entender sus frases.
Nunca las entenderá, se va a quedar en el jajajaja, qué chistoso.
¿Seguirá con ese estilo?
Voy a tener más cuidado que se entienda bien el mensaje. 

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